Jennifer Müller
(1944)
Reportaje a Jennifer Müller en Buenos Aires, en ocasión de una visita:
-¿Qué es la Técnica Muller?
-Yo la llamo Muller Approach porque es algo que todavía estoy descubriendo. Es un modo muy diferente de aproximarse a la danza, muy orgánico, diferente de otras técnicas. Es un entrenamiento para convertirse en un bailarín vibrante sobre el escenario, a través de movimientos fijados, sin improvisación. Establece una polaridad entre una relajación profunda y una enorme energía que circula por el cuerpo. Así el cuerpo deja de ser estático, constreñido o rígido. Se consigue mucho control y una gran libertad al mismo tiempo. Reemplazamos el esfuerzo y el cansancio muscular por máxima energía. El esfuerzo estropea las posibilidades y hace sentir incómodo al público. La cuestión es que la mente tome ese camino más fácil, más grato, más fascinante, de bailar con placer.
-¿Es un entrenamiento mental?
- Consiste en lograr la visualización de los movimientos, en dirigir la mente y la imaginación, en una atmósfera de cuidado y afecto. Es un trabajo circular para el espíritu y el cuerpo. Cuando bailas, la mente dirige el cuerpo. Cómo visualizas la forma de tu espalda o tus piernas tiene una influencia terrible sobre los resultados. Hay que elegir entre bailar como una experiencia o como un enjuiciamiento.
... Más tarde me di cuenta de que las artes marciales y las prácticas de meditación son muy similares a mi técnica.
-¿Podría acercar una definición de lo que para usted es la danza?
- Para mí, la danza es nuestro primer lenguaje, previo a las palabras. Es un retorno al hombre de las cavernas, que danzaba, hacía percusión y cantaba alrededor del fuego para expresarse y compartir experiencias. Es también una escultura en movimiento pero, sobre todo, es una forma de comunicación humana básica.