Estadísticamente el pie cavo puro no se vio en danza, sino que siempre se acompañó de los dedos en garra. De allí que se denomina a esta patología del pie como "pie en garra" o "pie excavado".
Este término se aplica a la deformidad en la que la garra de los dedos se combina con una elevación del arco longitudinal o arco interno del pie y que puede presentarse como deformidad congénita o adquirida.